La gaceta de la cabeza

Mi accidente en bici

bicicleta

El 4 de febrero de este año me accidenté y me rompí el hombro mientras andaba en bicicleta. Un accidente del que todavía me estoy recuperando, y probablemente siga sintiendo sus efectos en el futuro.

Fue en un viaje que había planeado con mis primos Pablo, Roberto y Jesús. La idea era irnos en bici desde La Resolana, de donde es la familia de mi mamá, hasta la playa de Cuastecomates, donde pasaríamos el fin de semana con nuestras familias.

Salimos como a las 6 de la mañana, junto con unos amigos de mi primo Roberto, para tomar un camino de brechas hacia el siguiente pueblo. Llevábamos ya casi 3 horas de viaje, habíamos atravesado ya un par de riachuelos, varios caminos de piedras y acabábamos de salir a una pequeña carretera. Solté el manubrio para descansar mis brazos y llevaba así ya un par de minutos. Me confié en el camino tranquilo y parejo y tomé la mala, no, pésima decisión de sacar mi celular para tomar una foto.

foto que no valió la pena

Fue en ese momento cuando vi que se atravesaban unos baches en la carretera, y ya con mucho miedo guardé el celular a toda prisa con mi mano derecha y puse mi mano izquierda en el manubrio para frenar, pero por los nervios frené muy fuerte y el freno izquierdo es el de la llanta delantera, que se amarró y la bici se levantó y me aventó al pavimento.

Suponemos, porque la verdad no me acuerdo, que debí caer con el brazo izquierdo estirado pegando fuerte contra el pavimento y ese golpe hizo que mi brazo impactará el hombro que se rompió en la escápula y en la glenoide. Me raspé también el codo el hombro y la espalda y de hecho las raspadas del hombro y la espalda fueron bastante fuertes porque más que raspadas fueron como quemaduras que aún no han terminado de cicatrizar.

hombro quemado codo raspado

Muy probablemente por la adrenalina, me levanté de inmediato. Sentí la espalda mojada e intenté quitarme la mochila pero me costó mucho trabajo porque no podía mover mi brazo izquierdo. Mientras mis primos parchaban la bicicleta que se había ponchado yo les comentaba que creía que me había dislocado el brazo porque no lo podía mover.

Como la señal celular no era muy buena, todos me preguntaron si podía andar unos kilómetros más a un punto intermedio de la ruta en donde habíamos quedado de vernos con nuestras familias para recoger a algún rezagado. Los amigos de mi primo en broma decían: “aquí somos de rancho, aquí no duele.” Pedí que me bajarán el asiento un poco para que fuera más fácil subirme a la bici y probar. Y pues sí, podía andar. Anduvimos otros 10 kilómetros hasta el punto de reunión, yo intentando esquivar los baches, ya que cada salto en la bici empezaba a doler. También con algo de miedo y mucho esfuerzo en las bajadas para ir frenando y no agarrar mucha velocidad. Por suerte el brazo derecho estaba bien.

andando en bici a una mano

Eventualmente llegamos, y por suerte mi tía y la esposa de mi primo conocían a doctores en La Huerta, que era el pueblo más cercano. Me tomaron radiografías y comprobamos que tenía una fractura en el hombro. Ahí también llegaron mi esposa y mis hijos, y acordamos que ellos se fueran con mis primos a la playa, mientras yo me regresaría a Guadalajara con mi mamá. Justo el año pasado había pasado algo similar, cuando un día antes de un paseo a la playa con mis mismos primos me dió herpes soster en la cara. En aquella ocasión mi mamá y mis hermanos se llevaron a mis hijos a la playa, mientras que yo me regresé a Guadalajara con Liz. Esta vez fue al revés. Mis primos creen que necesito una limpia.

El doctor de la huerta, con ayuda de un amigo suyo traumatólogo al que consultó por teléfono, me recomendó sacar un estudio de radiología para poder hacer un mejor diagnóstico, y también me recomendó un laboratorio de radiología en Autlán, que justo quedaba de camino a Guadalajara. Así que mi mamá y yo nos fuimos para allá.

De camino a Autlán marcamos a un traumatólogo en Guadalajara que nos recomendó mucho mi tía, y dió la enorme casualidad que él iba camino a Autlán a realizar una cirugía, así que acordamos vernos en cuanto saliera. Llegamos a Autlán como a las 2 y nos estacionamos afuera del laboratorio y marcamos al doctor. Nos dijo que justo iba a entrar a cirugía y preguntamos si nos íbamos al hospital o sacabamos en estudio de una vez y nos dijo “mejor vengan de una vez” y colgó. Pero como que lo pensó dos veces y nos marcó de regreso: “que estudió les habían recomendado? Ah sí, ese está bien, incluso agreguen este otro”. Así que nos pasamos al laboratorio y pedimos el estudio. Yo venía todavía con la ropa sucia de la bici, vendado y con algo de sangre todavía por ahí visible, la recepcionista preguntó: “es urgente, verdad?” Y nos dejó pasar al final de los dos que esperaban, antes de cerrar.

Cuando el radiólogo estaba ya revisando los resultados, me dijo, “hijole amigo, te tocó bailar con la más fea”. Creo que fue la primera vez que se empezó a ver lo fuerte que había sido mi accidente. Tomamos las impresiones y nos fuimos a ver al doc. Con los resultados en mano, la consulta fue bastante rápida. También me dijo que al parecer había sido un golpe muy fuerte, donde me rompí la escápula, además de la glenoide. Preguntó si teníamos seguro de gastos médicos, que por suerte sí, llamó a Guadalajara, pidió lo que necesitaba y nos citó el lunes en la mañana para la cirugía.

Pasé dos noches durmiendo sentado, las horas que podía, y tomando paracetamol para el dolor. Por suerte soy rápido para caer dormido, y fui aprendiendo durante todo este ciclo, que al parecer tengo un umbral del dolor bastante alto. Mi mamá también me guardó buena compañía.

La operación duró 4 horas, un poco más de las 2 planeadas, pero fue exitosa y sin complicaciones. Me pusieron una placa para unir la escápula, y me volvieron a armar las piezas de la glenoide (donde se une el hombro con el brazo). Tambien me dejaron dos alambres dentro del hombro, que asomaban por mi brazo izquierdo, para ayudar a sostener e inmovilizar el área, y que permanecerían ahí por 4 a 5 semanas. Además de como 20 grapas para cerrar la herida por dónde fue la operación.

Desperté super mareado, pero bien, y dormí en el hospital, todavía con muchos analgésicos para que no diera lata en la noche 😛. Me parece que pasé dos noches en el hospital, pero ya a partir del segundo día ya estaba comiendo normal.

Recuerdo mucho que lo primero que le pregunté al doctor cuando lo vi era si iba a poder realizar un viaje que tenía planeado a Monterrey en como dos semanas o tres. Y pues la verdad se rió. Claro que no, me dijo, vas a necesitar de 13 a 16 semanas para poder considerar volver a trabajar. Al día de hoy creo que todavía me sigo sorprendiendo y sigo descubriendo la gravedad del accidente que tuve.

escápula rota hombro después de la operación

Dejaré la parte de mi recuperación para otro momento.